En las sedes de Enterprise situadas en los aeropuertos, el usuario podrá acceder a una amplia variedad de vehículos de alquiler, además de a prácticas furgonetas de diferentes capacidades y con diversos chasis. ¿Qué tal un monovolumen para desplazarse con toda la familia desde el aeropuerto de Son Sant Joan, situado a escasos 10 minutos de la capital, y visitar toda la isla mallorquina? Sin duda, una magnífica opción para descubrir sus coquetas calas, conocer cuevas como las de Drac y D'arta o dejarse maravillar por la naturaleza salvaje en los parques naturales de l'Albufera o Mondragó. Y siempre con la comodidad y libertad que brinda un coche de alquiler.

El cliente podrá firmar el contrato de alquiler del vehículo elegido directamente en los mostradores de cualquiera de las sedes de la empresa situadas en las instalaciones aeroportuarias, pero también vía Internet, de manera sencilla, rápida y segura. Basta con gestionar la reserva con anticipación y recoger la llave del vehículo en la oficina seleccionada, sin necesidad de trámites ni de esperas. Además, las reservas online tiene ventajas adicionales, como ofertas especiales. Eligiendo, por otro lado, la modalidad de prepago, tanto para coches como furgonetas, se pueden incluso obtener descuentos muy interesantes.

Llegar cargado de maletas, coger un taxi (nada barato) o buscar el medio de transporte público que se acerque lo máximo posible al destino final, no parece el plan más atrayente para comenzar unas vacaciones. El alquiler de vehículos en los mismos aeropuertos, casi a pie de pista, no solo agiliza los traslados, sino que, permite empezar a disfrutar del viaje en el momento de salir de las instalaciones del aeródromo. No importa si se trata de un solo viajero, de parejas, de grupos de amigos o de familias numerosas, las sedes de Enterprise cuentan con vehículos adaptados a todas las necesidades. ¿Y los que han optado por el alquiler de un vehículo en una ciudad y tengan que partir en un vuelo? Sin problema, la empresa dispone de alquileres de un solo trayecto, así que bastará con depositar en el aeropuerto el coche alquilado en cualquier oficina de la compañía.

Los aeropuertos españoles están ubicados en las proximidades de las ciudades más importantes. Así, por ejemplo, el de Lavacolla se encuentra a escasos 10 kilómetros de la ciudad Santiago de Compostela, la cual espera al viajero con su magnífico casco antiguo presidido por la Catedral, una joya arquitectónica que combina estilos románico, gótico y barroco. El aeropuerto de Manises, a las puertas de Valencia, es un el lugar idóneo para alquilar un coche y disfrutar de una jornada en la mundialmente conocida Ciudad de las Artes y las Ciencias. ¿Una escapada a las islas? Alquilar un vehículo en el aeropuerto de Ibiza es la mejor manera de recorrer las islas Pitiusas, acercarse a sus playas y calas o visitar pueblos de esencia puramente tradicional.

Todos los aeropuertos españoles se sitúan en lugares estratégicos, normalmente muy cerca de las grandes urbes. El alquiler de vehículos le permite disfrutar al visitante de la riqueza natural del país desde el momento en que baja del avión. ¿Un ejemplo? El aeropuerto de Asturias. Contratando un coche de alquiler en sus instalaciones el viajero que conduzca hacia Oviedo, Gijón o Avilés, podrá maravillarse con los paisajes de la región, haciendo paradas en poblaciones con mucho encanto.

Los aeropuertos ofrecen gran facilidad para los aparcamientos, disponiendo de un gran número de plazas tanto en superficie como en subterráneos. La conducción desde y hacia sus instalaciones es muy sencilla y rápida, pues la mayoría cuenta con enlaces hacia autopistas y autovías. El aeropuerto de Alvedro, por ejemplo, cuenta con conexión directa con la ciudad de La Coruña, pero también autovía a Lugo y autopista hacia Santiago de Compostela con extensiones hacia Orense, Pontevedra y Vigo, es decir, una comunidad (la gallega) totalmente interconectada.